Manex Ariceta (Hernani, 20-3-2004) pertenece a la plantilla sub-23 del Aviron Bayonnais, pero trabaja habitualmente con el primer equipo lapurtarra, e incluso llegó a debutar el pasado mes de enero en la Champions Cup. Este tercera línea de 1,94 metros de altura sueña ahora con estrenarse en la liga francesa en Anoeta. Socio de la Real desde niño, está viviendo la visita del Aviron Bayonnais a Donostia de una manera muy especial. De momento, este viernes se entrenará con el equipo del Top 14 sobre el césped del estadio donostiarra que tan bien conoce. 

El Aviron Bayonnais visita Anoeta este domingo para jugar contra el Toulon (21.05 horas). ¿Cómo afrontan este partido?

–Va ser un partido de gala, como están diciendo en el equipo. Es uno de los mejores partidos de la temporada, es importante, y el equipo está muy motivado.

El año pasado el equipo lapurtarra perdió su primer partido como local en Donostia, contra Pau. ¿Tienen ganas de sacarse esa espina?

–Sí, hay muchas ganas de quitarse esa espina, obviamente. Lo del año pasado fue una gran pena, pero creo que este año el equipo está más preparado. El equipo esta temporada está bien. Nos falta tener más victorias fuera, que fueron las que el año pasado hicieron que nos clasificáramos para la Champions Cup, pero como locales estamos muy bien.

El rival del Aviron Bayonnais en esta ocasión será el Toulon.

–Sí, va a ser un partido muy atractivo. Y difícil, también. Toulon es uno de los equipos más grandes que hay en Francia, y habrá que luchar mucho. Creo que va a ser un partido bastante duro, bastante defensivo, pero se podrá sacar.

Últimamente, el campo del Aviron Bayonnais, el Jean Dauger, se está quedando pequeño.

–Creo que va a ir mucha gente. Ya han sido más de veinte veces que se han cerrado las taquillas. La verdad es que el ambiente en el campo es una pasada, una locura. Esperamos que el ambiente en Anoeta se multiplique y que sea una fiesta. Creo que Amara va a estar lleno. 

Jugar en Anoeta también será especial para usted.

–Muy especial. Soy socio de la Real desde pequeñito y, aunque seguramente no vaya a jugar, será muy especial. Cuando puedo suelo venir. El último partido al que fui fue el del PSG.

¿Y cómo está viendo al equipo realista?

–Bastante bien. Hemos pasado un par de semanas duras después de las eliminaciones. En Champions hemos hecho una buena temporada, aunque nos hayan eliminado. Creo que en liga sí que nos falta un poco más. Quizás algunos fichajes han sido un poco... pero, bueno, hay que seguir luchando.

En el vestuario de Baiona hay más de un aficionado de la Real...

–Sí, creo que no son socios, pero sí que más de una vez van a ver los partidos, sobre todo los jóvenes, y también varios entrenadores.

¿Le gustaría debutar en liga en Anoeta?

–Sería hermoso debutar en la liga en Anoeta. Ojalá. Ya lo saben los del club, pero está difícil, porque todos los de mi puesto están disponibles. Me gustaría ir, obviamente, aunque fuera para estar en el banquillo o solo para calentar. Con el sub-23 juego de segunda línea, pero con el primer equipo siempre de tercera. Me van turnando, porque a veces me ponen de ocho y otras de seis o siete. Lucho por el puesto contra los dos ochos (Uzair Cassiem y Rodrigo Bruni) o contra los dos que juegan de seis.

¿Le ha comentado al entrenador –Grégory Patat– que le gustaría debutar en Anoeta?

–No he tenido el valor de decírselo, pero ya sabe que soy socio de la Real. 

Todavía no ha debutado en el Top 14, pero sí que jugó con el primer equipo en la máxima competición continental, la Champions Cup. Fue el pasado 21 de enero, en el Jean Dauger. Salió en el minuto 66, reemplazando a Pierre Huguet, para jugar frente a los Exeter Chiefs (40-17). ¿Qué recuerdo tiene de aquel partido?

–Magnífico. Fue el debut. Una semana antes comenté a los compañeros que debutar en la liga en Anoeta sería un sueño para mí. Y una semana después de decir eso pude debutar–en la Champions Cup–, y encima en casa, en Baiona. Vinieron todos mis amigos, la familia... fue una pasada. Fue una sorpresa, no me lo esperaba para nada. Y fue la primera victoria del club en la Champions Cup. Jugué quince minutos, bastante bien. Hice un par de acciones buenas. 

Jugó contra el capitán de Gales, Dafydd Jenkins.

–Eso es. También es un chico joven, de 2002, es una pasada. Aquel partido jugó como segunda. 

Tras el partido, tuvo que dar unas volteretas con la mascota del Aviron Bayonnais, Pottoka.

–Estuvo bien, la verdad. Es como un ritual que hay allí. Todos los debutantes, cuando juegan su primer partido en Baiona, tienen que hacer eso sí o sí.

Hernani estuvo bien representado en las gradas.

–Eso siempre. Vinieron todos mis amigos, los que coincidieron conmigo y del club también vinieron del primer equipo, de todos los lados.

¿Sigue al Hernani?

–Sí, obviamente. Es el club de mi vida, al final. Mi hermano –Beñat– juega en el primer equipo y siempre que puedo me acerco a verlo. Mi hermano juega de tres cuartos, es más flaco que yo. Es buen jugador.

¿Cómo empezó a jugar a rugby?

–Empecé por mi hermano, con cuatro años. Le vi y a mí me entraron ganas de jugar. Él empezó, a mí me gustó y me puse. 

Su madre, Maite Maestro, fue una gran jugadora de baloncesto. ¿No le transmitió su afición por este deporte?

–Fue profesional y jugó con la selección y en varios equipos por toda España. Mi padre nunca ha jugado al rugby, pero siempre ha sido un fanático de este deporte. Empezamos porque un amigo de nuestros padres jugaba al rugby y nos encantó. Al final mi madre también acabó jugando al rugby, cuando ya tenía unos años.

¿Cómo fue el salto desde el Hernani al Aviron Bayonnais?

–Fue hace tres años. El Baiona me llamó para ir. Al principio, me dio mucha pena dejar Hernani, pero el salto ha sido muy bonito, y es otro nivel, otra liga.

Pertenece al equipo espoir (sub-23), pero trabaja junto al primer equipo.

–Me paso toda la semana entrenándome con el primer equipo, normalmente hasta el viernes. Si no voy con el primer equipo, el viernes me entreno con el equipo sub-23 y el fin de semana juego con ellos. 

¿Cómo es su día a día en Baiona?

–Normalmente, entramos a las ocho de la mañana, desayunamos, hacemos un entrenamiento y comemos en el club. Después de comer hacemos una pequeña siesta, y de dos a cuatro tenemos un poco de gimnasio o un poco más de campo. A las cuatro y media o así nos vamos a casa. Tengo toda la tarde para hacer los trabajos de la universidad, online. Estoy estudiando Magisterio, Educación Primaria, y lo llevo bastante bien. También me han puesto clases de francés. Acabo de saber que he pasado el examen del B1. El primer año fue difícil, pero ahora me arreglo bien hablando francés, sobre todo si es en el ámbito del rugby. 

Como jugador de rugby, ¿cuáles son sus planes de futuro?

–Voy a seguir en Baiona. Este año se me acababa el contrato y me han renovado dos años más. Estoy genial aquí, tengo a mi familia cerca, a 40 minutos, y es una ciudad que vive para el rugby. l