La naturaleza nos ofrece a lo largo de todo el planeta innumerables muestras de su grandiosidad y espectacularidad. Y además las diferentes maneras de acercarnos a ella multiplica la forma de contemplarla y nos ofrece visiones únicas y fascinantes de una misma realidad.

Uno de los paraísos de la naturaleza que merece la pena contemplar está enclavado en el océano Atlántico y es territorio de la Unión Europea.

Impresionantes acantilados bajo el lago.

Son las islas Feroe, un archipiélago autónomo que forma parte de Dinamarca formado por 18 islas rocosas volcánicas (todas menos una habitables) entre Islandia y Noruega en el Atlántico norte con 1.393 kilómetros cuadrados y una población que ronda los 50.000 habitantes.

Sus montañas, valles, páramos y escarpados acantilados atraen a miles de visitantes en para disfrutar de unos paisajes de ensueño y de una naturaleza casi salvaje.

Entre los innumerables atractivos de las islas se encuentra el enigmático lago de Sørvágsvatn o Leitisvatn, el mayor del archipiélago enclavado en la isla de Vágar y de 3,5 kilómetros cuadrados de extensión.

Imagen aérea del lago Sørvágsvatn o Leitisvatn.

Los habitantes de la localidad de Sørvágur, lo llaman lago de Sørvágsvatn, que significa "lago de Sørvágur", mientras que los de Miovágur prefieren el término Leitisvatn, ya que la zona próxima a la orilla oriental es conocida como Leiti. Entre todos los isleños, sin embargo, se usa también el nombre Vatnio, que significa simplemente "el lago".

Pero la denominación que más se ha popularizado es "el lago sobre el océano".

Seis kilómetros de largo

Con una forma alargada de unos 6 kilómetros y una profundidad media de 2,5 metros (aunque en algunos puntos el embalse llega hasta los 59) el lago se funde con el océano tras la cascada Bøsdalafossur, que cae directamente al Atlántico desde unos 30 metros de altura, pero tiene una característica que lo hace único y es que aparentemente flota sobre el océano que lo rodea por debajo.

Las tranquilas aguas del singular embalse.

Esta ilusión óptica que se aprecia desde determinados puntos de vista le otorgan un punto de fascinación que atrae a miles de visitantes hasta este enigmático espectáculo de la naturaleza.

Visto desde lejos, parece que el lago está inclinado hacia el océano y que se desborda en la pequeña cascada. Esta ilusión óptica también crea la impresión de que el está situado a cientos de metros sobre el nivel del mar pese a que está a solo una treintena de metros de altitud.

El lago, poco antes de fundirse con el mar.

Su apariencia aparentemente imposible se debe a los pronunciados y significativos cambios de altitud de las colinas circundantes que dominan el lago, situado en una profunda depresión, y cuyo imponente promontorio se eleva 252 y 376 metros a izquierda y derecha.

Por eso no es de extrañar que sea uno de los enclaves más fotografiados de las Islas Feroe.

Cascada de Bøsdalafossur, donde el lago desagua al Atlántico. Feroe Tourism

Podemos descubrirlo a través de una agradable ruta de unas dos horas (ida y vuelta) desde el extremo norte, el pueblo del Desde Vatnsoyrar, a pocos kilómetros del aeropuerto de Vágar, se puede realizar un cómo paseo hasta contemplar cómo desagua en el Atlántico y volver. Es un recorrido cómodo de unas dos horas que se convierte en una experiencia inolvidable.

Recorrido en barco

También tienes la opción de un recorrido turístico en barco por sus calmadas aguas mientras revives ancestrales leyendas vikingas que te transportarán a otros tiempos mientras disfrutas de un entorno único.

En este vídeo podrás descubrir el impresionante lago y sus alrededores.