El Ejército ruso sigue teniendo la iniciativa en el frente de batalla ucraniano, donde ha tomado varias localidades en la última semana y combate por el control de otras, declaró ayer el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, en una reunión con la plana mayor de las Fuerzas Armadas.

“Nuestras tropas tienen la iniciativa en toda la línea del frente y continúan expulsando al enemigo de sus posiciones. Gracias a las intensas acciones, los militares rusos liberaron las localidades de Pervomaiske, Bogdánivka y Novomijailivka, de la república popular de Donetsk”, afirmó en su informe. Además, señaló que en estos momentos las fuerzas rusas “amplían su zona de control en Berdichi y Gueorguivka”, respectivamente al oeste de Avdivka y Márinka. “Nuestro alto potencial militar nos permite ejercer una constante presión sobre el enemigo y no permitirle mantener la línea de defensa”, añadió.

Shoigú se refirió a la reciente decisión de Washington de destinar alrededor de 61.000 millones de dólares a Kiev para que los ucranianos “continúen muriendo por los intereses de Estados Unidos en su lucha contra Rusia”.

“En total, desde el comienzo de la operación militar, las bajas del Ejército ucraniano se acercan al medio millón”, dijo, al señalar que la ayuda occidental no ayudó a Kiev a lograr sus objetivos en la contraofensiva “preparada por instructores de la OTAN”. “Nuestros militares echaron por tierra el mito de la superioridad del armamento occidental”, añadió.

En cambio, “las empresas del complejo militar industrial ruso multiplicaron considerablemente su capacidad de producción. La situación en la zona de la operación militar es una prueba de ello”, argumentó.

“Continuaremos incrementando la producción de los modelos de armas y equipamiento bélico de más demanda de un modo proporcional a las amenazas generadas por Estados Unidos y sus aliados, y continuaremos perfeccionando la composición y estructura de las Fuerzas Armadas”, alertó.

Además, señaló que el Ejército ruso incrementará “la intensidad de los ataques contra los centros logísticos y almacenes de equipamiento militar occidental”.

En ese sentido, anunció que el Ejército ruso comenzará a recibir este año los sistemas de misiles antiaéreos de largo alcance de nueva generación S-400, además de los ya tradicionales S-400, S-300V4, Buk-M3 y Tor-M2U. También se producirán radares de nueva generación y los sistemas de artillería antiaérea Pantsir, que según Shoigú han demostrado ser muy efectivos, por lo que el Ejército ruso incrementará este año prácticamente el doble su adquisición.

“El perfeccionamiento de las fuerzas de defensa antiaérea y antimisil garantizará la protección de las instalaciones más importantes del sistema de puestos de mando, las fuerzas estratégicas nucleares y las agrupaciones del ejército”, zanjó.

Usar los bienes rusos

Por otra parte, el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, indicó ayer que espera una decisión pronto de los Estados miembros del bloque para aprobar el uso de los beneficios generados por los bienes del Banco Central de Rusia inmovilizados en Europa para armar a Ucrania en su lucha para repeler la agresión rusa en el este del país. “Espero una decisión pronto porque necesitamos estos recursos para mantener la ayuda a Ucrania, en un momento que es decisivo frente a la agresión rusa”, ha afirmado en un debate en el Parlamento Europeo centrado en la cuestión. De esta forma explicó su propuesta para usar 3.000 millones de euros de beneficios generados por los bienes del Banco Central de Rusia inmovilizados en Europa para apoyar militarmente a Ucrania.

El Alto Representante dio el paso el pasado marzo para empujar una medida que lleva de dos años siendo objeto de debate ante las dudas de algunos Estados miembros sobre la base legal para utilizar estos recursos en favor de Ucrania.

El apunte

  • Torre de Járkov. Las autoridades de Ucrania no tienen previsto reparar la torre de telecomunicación de Járkov, derribada en la víspera por un supuesto ataque de las Fuerzas Armadas de Rusia, hasta después de que acabe la guerra pues llevar a cabo estos trabajos ahora “no es apropiado” debido a la situación en la zona. “Si hablamos de la estructura en sí, probablemente (la repararemos) después de la guerra, porque la altura era de casi 250 metros”, manifestó el gobernador de Járkov, Oleg Sinegubov.