Cientos de cigüeñas han sido vistas en las últimas semanas descansando en distintas localidades guipuzcoanas. Estas aves, que se encuentran en pleno proceso de migración desde Centroeuropa hasta África, han escogido localidades como Segura, Ordizia o Hernani para parar a reponer fuerzas, dando lugar a imágenes poco habituales en estas latitudes, donde lo normal es ver a las cigüeñas volando alto en el cielo.

Es una anécdota simpática”, destacan desde el servicio de Flora y Fauna de la Diputación de Gipuzkoa, que descartan que se deba a un cambio en las pautas de comportamiento de estos animales. “Que pasen por aquí es habitual, lo especial es que un buen número se ha parado durante varios días. Ha sido bastante espectacular, porque que 200 cigüeñas blancas y negras, que son grandes, que se ven de lejos, que paren a dormir no es lo que suele pasar”.

En las citadas localidades han sorprendido a muchos vecinos, ya que se trata de una estampa poco habitual. “Que paren aquí es una anécdota simpática pero nada más; probablemente el año que viene no pare ninguna. Intentar teorizar sobre esta anécdota son tonterías”, insisten desde la Diputación.

Sin embargo, sí que es cierto que en los últimos años estas aves han modificado sus patrones de migración: “Antes las cigüeñas provenían de Europa e iniciaban su viaje hacia el sur, traspasaban toda la península, cruzaban el Estrecho de Gibraltar y pasaban a África, a sus zonas de invernada habituales, normalmente, al sur del Sáhara. Desde hace muchos años lo que está pasando es que por una mezcla entre el cambio climático, el cambio de los usos del suelo, la comida disponible… muchas cigüeñas que hacían ese viaje, ahora se quedan en la península, pasan de ir a África. Los inviernos ya no son tan duros, encuentran comida suficiente, ya sea en vertederos o de forma natural, y entonces cambian su patrón de comportamiento y ya no migran. Les sale más barato, porque no gastan tantas energías”, explican desde el servicio de flora y fauna.

Cigüeñas descansando en Gipuzkoa.

Sin embargo, Euskadi no está entre sus lugares de asentamiento preferenciales. Algunas parejas crían en Araba; también en Bizkaia, si bien estas últimas forman parte de un programa de la Administración para tratar de fomentar la cría en la zona de Urdaibai. Para ello, se trajeron ejemplares procedentes de un centro de recuperación de fauna de Valencia y se ha conseguido que se asienten. Pero en Gipuzkoa, por el momento, no hay ninguna pareja que críe. “Eso no quiere decir que en los próximos años no se pueda quedar alguna”, insisten desde la Diputación.

Grandes y vistosas

La cigüeña blanca o cigüeña común, es un ave zancuda que destaca por su vistoso plumaje blanco y negro, su gran pico y sus alargadas patas. Además, puede llegar a medir más de un metro, siendo una de las aves de mayor tamaño de la península ibérica.

Se trata de una especie que tiene una gran tolerancia a la presencia humana, por ello, es habitual que se establezcan en zonas urbanas cercanas a zonas pantanosas, prados húmedos y aguas superficiales en terrenos abiertos. Suelen situar sus enormes y pesados nidos en lugares altos, como campanarios, grandes torres o chimeneas, siempre en emplazamientos despejados.

Estas aves migratorias viven en colonias y además, son monógamas. Las parejas se guardan fidelidad y el cuidado de las crías se comparte entre ambos sexos. Es entre los meses de marzo y abril cuando tiene lugar la puesta de huevos (entre tres y cinco), cuya incubación se prolonga en torno a 33 o 34 días. Una vez que nacen los cigoñinos, permanecen en el nido al cuidado de sus padres hasta que cumplen los tres meses de edad.

En cuanto a sus hábitos de alimentación, se trata de animales muy flexibles con su dieta. Peces, ranas, lagartijas, saltamontes, tritones, culebras o gusanos forman parte de su alimentación, pero tampoco hacen ascos a pequeños mamíferos como topos o ratones. Suelen aprovechar las últimas horas de la tarde para alimentarse, por lo que no es extraño encontrarlas en ríos, embalses, lagunas o charcas cercanas a sus nidos.

Pese a que en toda Europa, la población de cigüeña blanca ha disminuido de forma dramática en las últimas dos décadas, lo cierto es que las noticias son positivas, ya que en los últimos años el número de ejemplares ha crecido notablemente.